El dolor de hombro es una queja común que puede afectar a personas de todas las edades. Desde deportistas hasta personas que realizan trabajos de oficina, el malestar en esta área puede ser debilitante y afectar significativamente la calidad de vida. Conocer las causas, tipos y tratamientos disponibles es fundamental para manejar este problema de manera efectiva.
Causas comunes del dolor en el hombro
El dolor en el hombro puede ser provocado por una variedad de factores. Entre las causas más comunes se encuentran las lesiones, la inflamación y el desgaste natural de las articulaciones. Las actividades repetitivas, como levantar objetos pesados o realizar movimientos por encima de la cabeza, pueden contribuir a la aparición de molestias.
Además, condiciones como la artritis, tendinitis y bursitis son frecuentes en personas que sufren de dolor en el hombro. Estas afecciones pueden causar inflamación y rigidez, lo que lleva a un rango de movimiento limitado y dolor al realizar actividades cotidianas.
Lesiones frecuentes que provocan molestias en el hombro
Las lesiones en el hombro son una de las principales causas de dolor en esta área. Entre las lesiones más comunes se encuentran los desgarros del manguito rotador, que pueden ocurrir debido a un esfuerzo excesivo o a un accidente. Esta lesión afecta a los tendones que estabilizan el hombro y permiten su movimiento.
Otra lesión frecuente es la luxación del hombro, que ocurre cuando la cabeza del húmero se sale de su cavidad. Esto puede ser extremadamente doloroso y a menudo requiere atención médica inmediata. Además, las fracturas de clavícula son comunes en caídas o accidentes deportivos, lo que también puede resultar en dolor intenso y dificultad para mover el brazo.
Factores que aumentan el riesgo de sufrir dolor en el hombro
Existen varios factores que pueden aumentar la probabilidad de experimentar dolor en el hombro. La edad es uno de ellos; a medida que las personas envejecen, los tejidos tienden a desgastarse y volverse menos flexibles. Esto puede llevar a un mayor riesgo de lesiones y afecciones relacionadas con el hombro.
Asimismo, la práctica de deportes de alto impacto o actividades que requieren movimientos repetitivos del brazo, como el tenis o la natación, puede predisponer a las personas a sufrir lesiones en esta área. Por último, el sedentarismo y la falta de ejercicio pueden debilitar los músculos que sostienen el hombro, aumentando así el riesgo de dolor y lesiones.
Tipos de dolor y sus características
Dolor agudo
El dolor agudo suele ser intenso y repentino, a menudo asociado con una lesión específica. Puede ocurrir tras una caída, un golpe o un movimiento brusco. Este tipo de dolor puede limitar significativamente la movilidad del hombro y requiere atención médica para evaluar la gravedad de la lesión.
En muchos casos, el dolor agudo puede ser tratado con hielo, reposo y medicamentos antiinflamatorios. Sin embargo, si persiste, es fundamental consultar a un especialista para descartar lesiones graves.
Dolor crónico
El dolor crónico es aquel que persiste durante un período prolongado, generalmente más de tres meses. Este tipo de dolor puede ser el resultado de condiciones subyacentes como la artritis o el desgaste del cartílago. A menudo, el dolor crónico se acompaña de rigidez y puede dificultar la realización de actividades diarias.
El tratamiento del dolor crónico puede incluir fisioterapia, medicamentos y, en algunos casos, procedimientos quirúrgicos. Es esencial abordar las causas subyacentes para lograr un alivio a largo plazo.
Dolor muscular
El dolor muscular en el hombro puede ser causado por tensiones, sobrecargas o lesiones en los músculos que rodean la articulación. Este tipo de dolor a menudo se siente como una molestia sorda y puede irradiar hacia el cuello o la parte superior de la espalda.
Para aliviar el dolor muscular, se recomienda realizar ejercicios terapéuticos de estiramiento y fortalecimiento, así como aplicar calor o frío en la zona afectada. La fisioterapia también puede ser beneficiosa para recuperar la funcionalidad del hombro.
Dolor articular
El dolor articular se refiere al malestar que se siente en la articulación del hombro. Este tipo de dolor puede ser causado por condiciones como la artritis o la bursitis. El dolor articular suele estar acompañado de inflamación y rigidez, lo que puede limitar el rango de movimiento.
El tratamiento para el dolor articular puede incluir medicamentos antiinflamatorios, inyecciones de corticosteroides y terapia física para mejorar la movilidad y reducir el dolor.
Dolor irradiado
El dolor irradiado se refiere a la sensación de dolor que se siente en el hombro pero que proviene de otra parte del cuerpo, como el cuello o la parte superior de la espalda. Este tipo de dolor puede ser confuso, ya que no siempre está relacionado directamente con el hombro mismo.
El tratamiento del dolor irradiado implica abordar la causa subyacente, que puede ser un problema en la columna vertebral o en los nervios. La fisioterapia y el manejo del dolor son enfoques comunes para tratar este tipo de dolor.
Tratamientos para aliviar este tipo de dolores
Opciones de tratamiento conservador
Las opciones de tratamiento conservador son generalmente el primer paso en el manejo del dolor de hombro. Estas pueden incluir reposo, aplicación de hielo o calor, y el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para reducir la inflamación y el dolor.
Además, modificar las actividades diarias para evitar movimientos que exacerben el dolor puede ser crucial para la recuperación. La terapia ocupacional también puede ser útil para aprender nuevas formas de realizar tareas cotidianas sin causar molestias.
Terapias físicas y ejercicios recomendados
La fisioterapia es una de las mejores opciones para tratar el dolor de hombro. Un fisioterapeuta puede diseñar un programa de ejercicios específico que incluya estiramientos y ejercicios de fortalecimiento para mejorar la movilidad y reducir el dolor.
Los ejercicios de rango de movimiento son esenciales para recuperar la funcionalidad del hombro, mientras que los ejercicios de fortalecimiento ayudan a estabilizar la articulación. Además, la terapia manual y las técnicas de masaje pueden ser beneficiosas para aliviar la tensión muscular y mejorar la circulación en la zona afectada.
• Licenciada en educación física INEF por la Universidad de Lleida.
• Maestría en aerobic.
• Maestría en Fitness.
• Maestría en gimnasia rítmica y deportiva.
• Instructor BTS de Body Balance y Body Pump.
• Tonificación, Step y Aerobic de Fitness Pentatlón.
• Instructor de ciclismo Indoor y Tot Cycling.